Desde los primeros años de la inmigración israelita a México fueron el comercio y la pequeña industria las ocupaciones de la mayoría de los recién llegados, originarios en su mayoría de Europa Oriental, se tuvieron que dedicar a ello por diversas razones. En primer lugar, el bajo nivel de salarios existente en el país impedía que se contrataran como obreros; en segundo lugar, la ley limitaba a los extranjeros la aceptación de determinados empleos capaces de ser desempeñados por los nacidos en el país; en tercer lugar, el deseo de obtener mayores ingresos para mantener a la familia que se había quedado allende el mar, a la espera de los ansiados pasajes para reunirse con sus allegados.
El terreno para el comerciante en México era propicio pues faltaban intermediarios entre la gran industria y la masa de consumidores, hecho que empujó a muchos inmigrantes a dedicarse desde el principio al comercio al menudeo, para comenzar la venta en abonos y más adelante al conseguir un pequeño capital fundar una tienda o un taller.
La Comunidad desde sus inicios tenía la necesidad de un organismo capacitado para proteger y ayudar al comerciante israelita. Los hombres de esta clase social, así como los pequeños productores recién llegados tenían necesidad de protección jurídica, de consejos y representantes que pudieran intervenir ante las autoridades económicas y otros organismos de Estado.
En el México de la década de los veinte los bancos eran raros y la clase industrial y comercial era muy escasa. Se hizo entonces necesaria la creación de una Caja de Préstamos que apoyara a los miembros de la comunidad, surgieron varios proyectos, pero estos en general fracasaron. La idea se cristalizó en 1927 por impulso de algunos industriales israelitas, entre ellos el Dr. King, H. Grunstein y León Sourasky, contaron además con el apoyo de la Bene Berith de los Estados Unidos que realizó un préstamo de 50,000 pesos. [1. León Sourasky, Historia de la Comunidad Israelita de México. 1917-1942, México, Imprenta Moderna Pintel, 1965, pp. 177-178.]
Tener una Cámara de Comercio propia se transformó en una cuestión de prestigio para la comunidad ya que otras colectividades menos numerosas, la tenían ya. Pero la razón decisiva la impulsó la actitud poco amistosa hacia los comerciantes israelitas de las Cámaras de Comercio existentes, pues veían al judío recién llegado como a un competidor. Eran los responsables directos o indirectos de las noticias antisemitas que aparecían en los periódicos o en volantes.
El 27 de junio de 1929 se formó la Cámara del Pequeño Comercio Judío, esta se fundó no tanto para organizarse entre sí, sino por la necesidad de tener órganos representativos ante la sociedad mexicana. El primer problema que tuvo que afrontar fue la disposición de las autoridades del Distrito Federal para que los comerciantes israelitas levantaran sus puestos durante la hora de la comida. Sin embargo, dicha institución sólo existió siete meses, pues el 27 de enero de 1930 se disolvió. [2. Alicia Gojman de Backal y Gloria Carreño, Parte de México, (Tomo VII Colección Generaciones Judías en México. La Kehilá Ashkenazí 1922-1992), Coordinadora Alicia Gojman de Backal, México, Comunidad Ashkenazí de México, 1993, p. 61.]
La Cámara Israelita de Industria y Comercio de México se fundó por protocolo de 24 de marzo de 1931, se nombró presidente al señor Barrou y secretario al Sr. Jacobo Landau. Existía la necesidad de organizar una Cámara de Comercio que apoyara y ayudara al desarrollo económico de las empresas judías. [3. CDICA, Fondo Cámara Israelita de Industria y Comercio, Actas, Caja 1, Exp. 1, 18 de mayo de 1931, p. 4.]
El Sr. Topelson manifestó el interés de defender los intereses de los miembros de la misma y mantener la armonía entre sus socios. Dijo que a la colectividad israelita le hacía falta un centro propio para sus hombres de empresa, un centro que se dedicara a brindar la propaganda necesaria, que ayudara e informara acerca de los artículos que más se vendían, sobre los registros de importadores y que diera consejos a sus miembros acerca de impuestos, tribunales de protección y distribución de crédito.
Su creación obedeció a dos motivos: a) ser un instrumento de defensa de los intereses de los agremiados; y b) unirse para hacer frente a las campañas antisemitas. La Cámara Israelita brindaba apoyo a sus miembros, tales como consejos e informaciones en relación con asuntos de importación, exportación, firma de contratos, etc.
Durante su existencia la Cámara se dedicó a:
1) Brindar información de índole comercial, industrial y agrícola, tanto en el interior del país como en el extranjero.
2) Gestionar la residencia e ingreso legal de familiares de socios de la Cámara. Contrataba asesoría jurídica para estos casos, el servicio era gratuito para los socios de la Cámara. En abril de 1938 tras varias pláticas con el jefe del Departamento de Población de la Secretaría de Gobernación Lic. Trejo, se organizó el Comité Pro Refugiados.
3) Desempeñó una labor de representatividad social ante el Estado y en el manejo de la imagen comunitaria ante la sociedad, esto se desarrollaba en varios aspectos, el más relevante era la cooperación económica solidaria, por ejemplo en 1938, debido a la expropiación petrolera se creó el Comité de Redención de la Economía Nacional que reunión 31,560.50 pesos.
4) Ayudar a obtener licencias para los comerciantes en pequeño, para los ambulantes y para los fabricantes.
5) Abaratar la publicidad.
6) Fundar una caja de préstamos sin intereses.
Para su funcionamiento se dividió en diez departamentos: comercial, industrial, jurídico, relaciones, consultas técnicas, propaganda, estadística, administración, finanzas y socios. [4. Idem]
La función principal de la Cámara fue la de servir de agente de enlace con instituciones similares no judías. Tomó parte de la campaña de propaganda del Comité Nacional contra el analfabetismo (1942), cooperó durante la Segunda Guerra con el Comité de Defensa Civil del Distrito Federal.
Tomó la iniciativa en la formación de un Comité Israelita Pro Redención de la Economía Nacional. Todos estos apoyos los brindó porque se integró al país y se convirtió en una de las minorías que lo conforman.
La Cámara intervino en asuntos de migración, naturalización y ayudó a la formación del Comité Central Israelita de México. Participó en la organización del boicot a las mercancías alemanas y se esforzó por crear grupos o secciones de comerciantes en varios ramos. [5. CDICA, Fondo Cámara Israelita de Industria y Comercio, Actas, Caja 1, Exp. 11, 4 de noviembre de 1938, pág. 9.]