En el primer y segundo piso de la biblioteca de la Universidad del Claustro de Sor Juana se encuentra una colección de cuadros enmarcados y perfectamente conservados de litografías de algunas caricaturas políticas que fueron publicadas en el periódico mexicano La Orquesta. Este medio aportó un carácter peculiar al periodismo mexicano, ya fuera por sus duras críticas o por sus caricaturas humorísticas, usadas por la mayoría de los periódicos mexicanos a partir de ese momento.
La Orquesta fue siempre una publicación de oposición. A quien estuviera en el poder se le atacaba, incluyendo a Benito Juárez, Lerdo o Díaz. Inclusive, los editores pasaron cierto tiempo en la cárcel por esos artículos y caricaturas. Sin embargo, cuando el periódico se quedaba sin editores o artistas, otros los reemplazaban para que el ritmo no decayera ni se interrumpieran las publicaciones.
Este periódico fue fundado originalmente por Carlos R. Casarín y Constantino Escalante. Su primera aparición fue el día 1 de marzo de 1861. Se publicaba dos veces a la semana, los días miércoles y sábado, constando solamente de cuatro páginas en total: dos de periódico, uno de folletín y uno de caricaturas. También se llegaban a encontrar entre sus páginas novelas cortas de los mejores autores de la época, poesías traducidas, octavas humorísticas, entre otras cosas.
Constantino Escalante nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1836 y, aunque su nombre ya no sea reconocido por el paso de los años, realmente fue de los caricaturistas más notables del país. La vida y obra de Escalante se vieron en problemas cuando empezó a publicar caricaturas de las tropas francesas invasoras y más después de hacer una del embajador francés Saligny, quien en ella aparecía dentro de una botella de coñac.
Escalante se vio obligado a refugiarse en Pachuca, pero fue encontrado por las tropas francesas quienes lo identificaron. Encerrado en una especie de jaula, lo trasladaron de Pachuca a la Ciudad de México. Este episodio no lo detuvo pues, en cuanto fue puesto en libertad, regresó de nuevo a publicar en La Orquesta. Luego del triunfo de la República en 1867, Escalante volvió a su puesto de caricaturista. Un tiempo después, el 29 de octubre de 1868, murió en un accidente ferroviario.
Los personajes que él dibujaba a lápiz, tanto de ministros como de gobernadores, se presentaban como criaturas torpes e ignorantes. Todas sus obras se siguen viendo animadas, reales y vigentes en nuestros días. La precisión de sus escenarios es fascinante, pudiéndose apreciar el drama y el humanismo plasmado en ellos.
A pesar de todos los problemas, los encarcelamientos y la muerte de su fundador, La Orquesta duró varios años, si bien su influencia fue decayendo a partir de la muerte de Escalante.
Una de las litografías que se exhibe en la biblioteca de la UCSJ (La Orquesta Número 80), es una crítica referente a una inundación ocurrida en la Ciudad de México en 1865, que obligó a emprender obras públicas de desagüe.
Otra de las caricaturas, publicada el 6 de Septiembre de 1865, retrata a un funcionario del gobierno, sobre una gran roca, que hace de intermediario entre los habitantes y un grupo de personajes que se enfila con objeto de proponer soluciones; estos se presentan como profesionales bien cualificados esperando su participación. Lo que Escalante buscaba con esta sátira era burlarse de la eficiencia de la autoridad para actuar ante una emergencia.
Ese mismo año, poco después de la asamblea en que designaron el proyecto que se llevaría a cabo, Escalante hizo otra divertida crítica dirigida al reducido poder del gobierno ante la inundación (La Orquesta No. 103). En la imagen se ve a dos hombres que están discutiendo mientras el agua les llega casi a medio cuerpo. Estos señalan a la indefensa población de México que está metida en aquel mar, apenas respirando por una de las torres de la Catedral. En uno de los puentes se encuentra un funcionario que bombea para sacar el agua que hay dentro de la capital. Abajo del dibujo hay un diálogo de los personajes en el que se refieren a las noticias sobre las obras del desagüe y a las escasas medidas, algo ridículas, que tienen para acabar con la situación. Esta litografía también se encuentra exhibida en el primer piso de la biblioteca.
La obra de Escalante no sólo se basó en estas caricaturas, sino que también plasmó mensajes patrióticos en sus estampas, las cuales conforman la colección “Las Glorias Nacionales. Álbum de las Guerras”, una recopilación de dibujos de los campos de batalla en México. Estas imágenes son especialmente famosas por el drama y la humanidad retratada en ellas.
No cabe duda de que estas litografías son un constante recordatorio de que tanto Escalante como La Orquesta, nunca olvidaron el objetivo de hacerle saber al gobierno todas sus fallas y abusos, así como su total incompetencia cuando ocurrió la intervención francesa.
Bibliografía
Ayala Blanco, Fernando (2010). La caricatura política en el Porfiriato. Estudios Políticos, Septiembre-Diciembre, pp. 63-82.
Leal, Luis (1958). El contenido literario de La Orquesta. Historia Mexicana, vol. 7, no. 3 (27), enero-marzo, pp. 329-367.