La importancia de la investigación científica en el desarrollo de la sociedad es innegable. Quienes han optado por la investigación, acompañada de la docencia en centros universitarios, difícilmente podrán negar la relevancia de las bibliotecas en la consecución de sus objetivos a corto, mediano y largo plazos. Su funcionamiento cotidiano es de vital importancia para el que se encarga de investigar o impartir clases.
Todos hemos acudido en alguna ocasión a una biblioteca, ya sea para buscar información que nos permita resolver un enigma, aprobar algún examen, realizar una tarea o emprender una investigación de largo aliento, tal es el caso de las tesis o trabajos recepcionales.
A muchos nos causa nostalgia el olor a libro que emana de una biblioteca y apreciamos enormemente encontrar los recursos bibliográficos en el lugar indicado, mientras que nos disgusta cuando un libro ha sido mutilado o rayado. Lo que normalmente no nos detenemos a pensar es que quienes se encargan de mantener los libros en el lugar correspondiente, así como restaurar o solicitar el cambio de obras dañadas son los bibliotecarios.
La mayoría de las veces los bibliotecarios no poseen el reconocimiento que merecen de parte de estudiantes de pre y posgrado, así como de los investigadores, eso es algo que tendría que cambiar, sin duda alguna. No olvidemos que, en tanto profesión, requiere un expertise. Al igual que muchas otras disciplinas, cursan y deben aprobar una serie de procedimientos racionales que dan cuenta de su capacidad en actividades inherentes a la biblioteca.
En ese sentido, la labor del bibliotecario es invaluable para quienes han optado por el maravilloso mundo de la docencia y la investigación, debido a que las tareas que le competen hacen girar la rueda del conocimiento y nos abren las puertas a mundos inexplorados. Sin la labor de los bibliotecarios, difícilmente nos haríamos de la información necesaria para la elaboración de nuestras investigaciones.
Si bien, desgraciadamente, se piensa que la labor del bibliotecario se restringe a entregar, guardar y acomodar libros, lo cierto es que su tarea es amplia y sustanciosa. Así, un bibliotecario no sólo promueve el hábito de la lectura e incentiva el interés por la misma, sino que también se adaptan al desarrollo vertiginoso del mundo digital, ya que desarrollan habilidades y competencias digitales, siempre a favor del servicio de atención al usuario.
De igual forma, el bibliotecario es un intermediario entre la información y el investigador, pese a la era de la información y, por tanto, a la irrupción de revistas electrónicas. En este sentido, el bibliotecario también se transforma en una guía en el mar de información que muchas veces nos inunda.
Por otro lado, el bibliotecario también ha adquirido nuevas tareas, sumamente valiosas para la docencia e investigación, con las transformaciones de la sociedad: es el caso de la recopilación, administración, procesamiento y difusión de la información en distintos soportes. Pero, de igual forma, mantiene esa enorme sensibilidad de formar usuarios que posteriormente tomen la iniciativa en la búsqueda de la información, tanto en la biblioteca como en las bases de datos.
En mi desarrollo profesional, he tenido la oportunidad de conocer diversas bibliotecas. Al respecto, una de mis mejores experiencias han sido el ser usuario de Biblioteca Iberoamericana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), debido al profesionalismo, cordialidad y calidez de quienes laboran en ella. Recuerdo con alegría entrar cada lunes a la biblioteca y apreciar las novedades editoriales, lo cual sirvió bastante en la realización de mi tesis de posgrado.
Concluyo resaltando la labor del bibliotecario en la docencia y la investigación de un sinfín de usuarios que año con año asistimos a la biblioteca. En virtud de ello, considero que es necesario dignificar y dar un lugar más justo a quienes ejercen tan noble profesión. Mi reconocimiento para ustedes, bibliotecarios.
1 Doctor en Ciencia Política por la UNAM. Miembro de los grupos de investigación: El estado actual de la Ciencia Política en América Latina y Cuerpo Académico Multidisciplinario de Política y Sociedad en la UACM. Integrante del comité directivo y miembro fundador de la revista electrónica Posibilidad Política.