Fundación Herdez
El mole Doña María es una creación culinaria que surgió en San Luis Potosí en la primera mitad del siglo XX. Debido a su industrialización y comercialización ha tenido un fuerte impacto por lo menos en los últimos 65 años no solo en México, sino también en los Estados Unidos. Basta observar las cocinas mexicanas de los diversos niveles sociales en la vasta geografía enunciada; en muchos de ellos encontramos los envases de vidrio en los que se empaca el producto industrial que, una vez consumido, se utilizan como vaso para beber. El mole Doña María se debe a la invención, voluntad, férrea capacidad para el trabajo y a la habilidad para formar equipos que la apoyaran para llevar adelante su sueño; hablamos de una mujer singular llamada María Pons Nicoux (1893-1974). Los datos de su biografía son escasos, sin embargo, es posible advertir dos circunstancias en la vida familiar que le dejaron una honda huella: la experiencia de la migración europea de su padre y abuelos maternos, así como el duro aprendizaje de la sobrevivencia tras la temprana muerte de su padre. María Pons nació en el esplendor del porfiriato; su padre provenía de la región de los Bajos Alpes en Francia. La tradición familiar señala el nacimiento de su madre, Eugenia Nicoux, en Estrasburgo, Alsacia.
La familia Pons Nicoux tuvo que enfrentar serias dificultades a partir de la muerte del padre, Pedro Pons, en 1901, y el profundo cambio que trajo consigo la Revolución mexicana que inició en 1910. No obstante, la experiencia empresarial de su padre y la trayectoria migratoria de la familia les proporcionaron el aprendizaje necesario para integrarse en nuevos ambientes, así como la habilidad para sortear obstáculos en situaciones adversas y la posibilidad de plantear nuevos proyectos.
El mole Doña María ha contribuido desde su aparición a ser símbolo de identidad y tradición en México y más allá de sus fronteras, en particular en los Estados Unidos, donde lo consume una extensa comunidad de migrantes mexicanos. María Pons realizó un esfuerzo extraordinario para transformar lo que creó como resultado de su cocina particular, en un proceso industrializado; se empeñó en el empleo de mano de obra femenina y en mantener un buen clima laboral al interior de la empresa; puso atención en la adecuada distribución y comercialización de sus productos a lo largo y ancho del país y más allá de la frontera norte, en los Estados Unidos y además, fue cuidadosa en llevar una sana administración económica de todo el proceso, de manera pertinente y audaz, a la vez que balanceada y cuidadosa, cualidades indispensables para cualquier empresa. El relato de su historia es el testimonio de un desarrollo exitoso apoyado en una fina intuición, una exuberante creatividad que la llevó a la innovación de maquinaria, procesos y productos, basada en un intenso trabajo, una voluntad férrea y una inteligencia inquieta, reforzada continuamente por Pedro Degetau, quien aportó entre otras cosas, el equilibrio necesario al genio creativo de María Pons.
Seguir los pasos de esta voluntariosa mujer nos permite apreciar la complejidad de la empresa que fundó. Por su inmensa labor se convirtió en una empresaria pionera y visionaria en la década de 1950 en San Luis Potosí. Su trayectoria brinda una nueva perspectiva sobre los procesos industriales en el estado; abre otra ruta de investigación sobre las aportaciones de las mujeres en su ciudad a lo largo del siglo XX, y contribuye a la historia laboral y social, así como de las empresas en potosinas y mexicanas.
Hay otra faceta de doña María que refieren algunas de las personas que la conocieron. Además de fuerte y enérgica, era una mujer muy afable en ámbitos privados, con un extraordinario sentido y gusto por las actividades culinarias y una curiosidad profunda en la búsqueda de tesoros escondidos. Doña María había trabajado intensamente, tenía más de 70 años y la fábrica estaba bien establecida, por lo que decidió venderla a Herdez, S. A. y retirarse del trabajo. En 1967 su cuñado, Ignacio Hernández del Castillo, adquirió la empresa Productos Marpe, S.A. Es importante mencionar el establecimiento de la Inmobiliaria Doña María en diciembre de 1967. Esta compañía congregó las propiedades adquiridas por María Pons en la década de 1950. María Pons y Pedro Degetau cambiaron entonces su domicilio a la calle de Julián Carrillo número 105 en la ciudad de San Luis Potosí, donde murieron al cabo de algunos años; María, el 5 de mayo de 1974 y Pedro, apenas un mes después, el 4 de junio.
María Isabel Monroy Castillo
Una empresaria pionera en San Luis Potosí: María Pons Nicoux 1893-1974. / María Isabel Monroy Castillo. – – México: Fundación Herdez, 2021. 77 p. ; il.
ISBN 978-607-8172-50-4