Francisco Escorza | Museo Soumaya.Fundación Carlos Slim
La selección de textos e ilustraciones que se presentan a continuación provienen de un cuaderno diseñado por el artista austriaco, Leopold Zinnögger, con estilo de letra manuscrita alemana, Kurrentschrifft. Para ello el joven Zinnögger retomo con algunas variaciones el título, definiciones e ilustraciones del libro Die Rosen: nach der Natur gezeichnet und coloriert mit kurzen botanischen Bestimmungen begleitet von D. [doktor] Rössig (que en español se traduce por Las rosas: dibujadas y coloreadas según la naturaleza acompañadas con definiciones botánicas cortas del D. [doctor] Rössig), texto escrito por el académico alemán, doctor Carl Gottlob Rossig (1752-1806), y publicado por primera vez en formato bilingüe –alemán y francés– entre 1807 y 1820 en Leipzig, por la editorial Industrie-Comptoir.
El ejercicio de dibujo y transcripción realizados por Zinnögger puede ser entendido como parte de un interés constante en la representación artística del mundo floral. Hijo de un jardinero, en 1836 ganó el premio Heinrich-Fuger gracias a una naturaleza muerta con flores. También colaboro con el médico y botánico, Johann Baptiste Duftschmid (1804-1866), en investigaciones sobre plantas que llevaron a nuevos conocimientos acerca de las orquídeas.
Para esta traducción se realizó primero la paleografía del cuaderno y posteriormente se cotejo con el libro de Rossig, lo que permitió corregir la escritura de ciertas palabras y completar algunos enunciados que tenían faltantes. Se tradujo por quien escribió este artículo, directamente del alemán al español, pero algunos términos fueron traducidos a partir de la revisión de la versión francesa presente en la publicación alemana.
El acercamiento contemporáneo a este trabajo permite conocer la obra de Zinnögger y, a través de él, la de Rossig, así como reflexionar sobre la relación entre la labor científica y la artística. también abre la puerta para familiarizarse con los nombres de las rosas y cada una de sus partes, al tiempo que invita a detenernos a observarlas en nuestro alrededor y apreciarlas.
Este texto fue originalmente publicado en la Revista Mensual de Museo Soumaya, correspondiente a diciembre de 2023.

Linz, 1 de diciembre de 1828 | Tinta, acuarela y gouache sobre papel | H61310
Las rosas dibujadas y coloreadas de acuerdo con la naturaleza por Leopold Zinnögger con definiciones botánicas cortas del D. [doctor] Rössig
Linz, 1 de diciembre de 1828
Prólogo[1]
La rosa conjuga en su constitución, en su color y en su aroma tantas bellezas y méritos, que en ella misma admiramos la corona de la creación florida y la llamamos, con razón, la reina de las flores.
Así, estos méritos nos invitan a un examen más cercano de la rosa y llaman nuestra atención por todos los medios, los cuales nos deparan un conocimiento más cercano de ella. ¿Quién tendría a bien dudar que una representación gráfica adecuada de la misma, y tan fiel a la naturaleza como sea posible, facilita y fomenta excelentemente el conocimiento?
Pero fuera de ello, la ilustración de las rosas confiere ventajas tan diversas y visibles, que una empresa de este tipo, no sin razón, se halaga con la ovación del conocedor.
Sin duda alguna tenemos rosas individuales en distintas obras botánicas que proporcionan ilustraciones. También es conocida la empresa de la señorita Lawrence en Londres que abarca 90 rosas, pero corresponde a su costoso precio de 150 táleros, como es pagado en Alemania, nada de nada, pues su dibujo botánico es en gran medida incorrecto y pocas veces se respetaron las marcas distintivas de las rosas. La iluminación de las hojas verdes es sumamente mala y solo aquí y allá se encuentra uno con rosas que no son desechables. En lo que concierne a aquellas rosas individuales, las cuales se encuentran dispersas en uno u otro trabajo botánico, así sean los mismos, no son solo pocos, sino también muy dispersos; y seguido, tampoco lo suficientemente correctos y exactos.

La obra de la señorita Lawrence puede obstaculizar muy poco un intento alemán de este tipo, sobre todo cuando se considera el precio que la británica determino para estos trabajos.
En lo que concierne ahora a las ventajas de las ilustraciones de las rosas mismas, haré así notar solo algunas de manera inmejorable:
1. La botánica de las rosas gana de esta manera que se les puede observar en cualquier momento; lo mismo entonces cuando la naturaleza de las mismas observaciones lo rechaza, y que estas puedan ocurrir en cualquier parte, aun cuando no se tuviera en un lugar esta o aquella variedad de rosa.
2. Respecto a ello viene a cuenta también que las ilustraciones pueden ser usadas como obras de arte, adecuadas para la decoración del cuarto de estar y otras habitaciones, al igual que de los salones de jardín. Estas dos ventajas son aún más visibles frente al secado, que se puede usar muy poco o casi nada debido a la fugacidad de los colores en varias rosas y de la tan fácil destrucción de sus flores.
3. El cultivo y el envío de rosas, y principalmente su comercio, dependen precisamente de que se les salvaguarde y realmente se conserven los tipos y clases cultivadas; así se puede lograr esto, precisamente a través de este trabajo, en tanto aquí, en la medida de lo posible, se proporcionen determinadas denominaciones e ilustraciones que sean correctas botánicamente, con lo cual se puede hacer y cumplir con lo mencionado.
4. Fuera de ello se tiene también la ventaja de que se pueden tomar las medidas adecuadas en la selección de estas flores y arbustos para los pintores partos (referencia a los habitantes de la región de Partia), a través de la compilación de más de estas hojas. La recurrencia es sencilla de determinar fuera de las temporadas de florecimiento advertidas. En este sentido y gracias ello, se puede prevenir que los mismos partos o personas cercanas a ellos, solamente tomen en consideración aquellas rosas que sean sembradas en una temporada de floración, y que también puedan tomar en consideración la secuencia Así se evita que unas se siembren en el tiempo en el que están todas llenas de flores, y de otras, la falta de flores en este periodo.
5. Se es colocado en el lugar que, en tanto se pueden omitir los tipos y variedades existentes, se presta la atención correspondiente a nuevas variedades. Se ve por lo demás desde una falta tal vez de conocimiento o, por el contrario, cuando los tipos y variedades ya están presentes y no se cree encontrar algo nuevo. Algo aumenta los nombres a través de nuevas denominaciones solamente, sin haber acrecentado los lugares o variedades, lo cual solo ocasiona dificultades y en parte multiplica las clasificaciones.
6. Se estará más alejado gracias a poder comparar las rosas en todo momento; en ocasiones será más fácil poder encontrar entre ellas las huellas de sus procedencias.

En relación con los frutos de las rosas, debo hacer notar que aquellas que se encuentran en la naturaleza para comparación deben ser observadas según sus diferentes formas, colores y marcas exteriores particulares, que pertenecen a las características de las rosas. Esto para poder dar explicaciones entre ellas sobre las procedencias. Simultáneamente, también permite dirigir toda la atención sobre aquellas en las que no se repara al tener un fruto, ya sea por no tener parecido alguno, nunca o solo alguna vez haber sido sembradas, o solo traer meras cubiertas vacías –como es llamado en lenguaje de jardinería–. Para evitar, sin embargo, más incomodidades que llevarían consigo la representación de las frutas emparejada con las rosas mismas, la fruta no ha sido presentada en las hojas correspondientes a cada rosa, sino que son proporcionadas en hojas particulares con la relación y los nombres de las rosas a las cuales pertenecen.
Sí ahí, lleno de diligencia y sobre todo variedad para muchas rosas, todavía hay alguna incertidumbre o el conocimiento de su procedencia escasea, he de hacerlo notar cuando la procedencia puede ser señalada con determinación.
También su temporada de floración será indicada en la medida en la que se puede determinar.

Pero ahí viene muy a colación dónde se colocan y también el clima del año, al no dejarse determinar exactamente sino hasta el mismo día. Tampoco para entender por periodo de floración el florecer más temprano de las rosas individuales en plantas o arbustos, sino la época donde tienen la mayor cantidad y las más bellas flores.
En miras de la representatividad a nivel local o ubicación de las rosas, hago notar aquí, principalmente para prevenir repeticiones, que las rosas en general aman suelos secos y fértiles, así como una ubicación al aire libre y descubierta; sin embargo, varias de las mismas están más seguras al aire libre, cuando ven hacia el norte y al este, y tienen una protección. Algunas sufren con nosotros al aire libre en invierno, o cuando por lo demás la propia circunstancia sobre esto lo amerita, lo cual haré notar en los lugares correspondientes.
Sobre la figura de las hojas distingo las siguientes:
• Obovada. Cuando las hojas asemejan la figura de un huevo totalmente o se acercan a ella.
• Ovalada. Cuando se alargan un poco pero conservan el parecido a un huevo.
• Elíptica. Cuando tienen la forma de una elipse.
• Óvalo con forma de lanceta. Cuando abajo son ovaladas y hacia arriba se aguzan, y tienen forma de lanza. También cuando abajo están ampliamente redondeadas pero hacia arriba tienen forma de lanza, se afilan como una lanceta.
• Afilada con forma de huevo. Cuando la hoja con forma de huevo arriba se afila solamente un poco.
• Lanceta. Cuando hacia abajo y hacia arriba se ven igual que una lanceta afilada.
Relacionado con el cubrimiento y armamento del tallo y otras partes de la rosa, llamo «cabello» cuando el pelillo fino y blanco está parado o acostado, liso o derecho. El cubrimiento es lanudo cuando los pelillos se doblan y crecen uno sobre otro para conformar de cierta manera un fieltro.

Número 1
Rosa de cien pétalos. Rosa centifolia.
Con ovarios completos obovados, glándula peciolada y pedúnculos; sépalos pinnados de manera regular, pilosos y glandulosos, pecíolo completo, y por abajo con algunas espinas; hojas obovadas y en punta, doblemente dentadas, abajo pilosas y en el margen casi siempre enrojecidas; y con troncos con placas.
La rosa centifolia, nombrada así por sus numerosos pétalos, posiblemente proviene del cultivo de la rosa canina salvaje con ramas y maderas enrojecidas, pues se parece en la estatura y las espinas. La flor se mantiene siempre algo esférica, con una curvatura hueca y cerrada, la cual también se encuentra en la rosa canina. Los pétalos son acorazonados, grandes y amplios, y el color todavía tiende a brillar. Los sépalos tienen en el borde de la cara exterior glándulas pedunculadas rojas pero pelillo blanco en el interior; en la mayoría de las ocasiones son dos, varias veces están pinnadas y también tienen hojas puntiagudas.
El ovario es obovado y se transforma en un pedúnculo fuerte.
No produce frutos.
Las hojas verdes están llenas de pelillo rojo glanduloso pero son de color verde fuerte mate; son grandes y la mayor parte de las veces doblemente dentadas; abajo son más pálidas por estar llenas de pelillo; consisten la mayor parte de las veces en cinco o siete foliolos enrojecidos en el margen. Son obovadas y dentadas, con pelillo blanco que avanza. El tronco es café oscuro, de vez en cuando verde traslúcido; los retoños de las raíces son verdes y ricos en espinas de placa, algo curvos, grandes, café y café claro; al empezar las ramas jóvenes tienen placas rojas. La época de floración conocida ocurre desde mediados de junio y en adelante.

Número 5
Rosa color anaranjado o fuego. Rosa punicea
Con flores simples, anaranjado brillante en el interior, amarillo tierra en el exterior; pocos sépalos pinnados; ovarios esféricos y brillantes; hojas dentadas, puntiagudas, brillantes y ovaladas; flores lisas y pecíolos.
La flor es sencilla y consta de cinco pétalos: en el lado exterior amarillo tierra, anaranjado y color fuego en el interior. Los estilos y sintagmas son rojo café oscuro, los colores y bolsa, amarillo cera.
La flor permanece siempre un poco cerrada.
La floración ocurre a fines de mayo e inicios de junio.
El cáliz tiene, la mayor parte de las veces, hojas con forma de plumas sencillas, pinnadas y con pelillos blancos achicharrados. Arriba tiene también hojillas puntiagudas regulares, en el lado exterior llenas de cerdas verdes.
El ovario es verde claro traslúcido, esférico y se afila en el estilo, que tiene el mismo color, es brillante y no muy largo; ambos son lisos. Las hojas son de cinco a siete foliolos, ovaladas, con puntas alargadas hacia afuera y enhiestas; arriba, por lo general, son dobles. Los pecíolos tienen en el lado inferior, apenas visibles, el inicio de cerdas, los nervios están dentados, rectos, y en las puntas se enderezan hacia afuera.
El tallo y las ramas están fuertemente cubiertos con placas y cerdas café claro. Le gusta un lugar que mire hacia el sur y al oeste, con un buen suelo de calidad. Pertenece a su propio tipo de rosa y se multiplica con semillas y retoños de las raíces.

Número 11
Rosa de Fráncfort. Rosa frankfurtensis
Equipada con un peculiar retoño y una media esfera, o de forma circular en la parte de arriba; en la inferior con ovarios ásperos, pedúnculo cerdoso glanduloso, equipado abajo con pecíolos obovados y espinas; hojas grandes dentadas que arriba terminan en una espina y con tronco espinoso difuso.
Las rosas están muy llenas y bajo las condiciones oportunas, son visiblemente grandes, de color rojo rosado que tiende hacia el púrpura, y aquí y allá fácilmente hacia el violeta. Los pétalos son largos y con forma de corazón, con poco cierre. Los estilos y hebras son amarillo pálido, la bolsa amarillo oro. Florece a fines de junio e inicios de julio.
Los sépalos son cortos, algo abombados hacia afuera, con glándulas rojas completas, de los lados con pelillos blancos achicharrados. Los ovarios son una esfera a la mitad en la parte inferior; arriba tienen una protuberancia a través de la cual adquieren una apariencia circular floreciente, por ello se les puede llamar en alemán «la rosa circular» o «rosa de ovarios circulares», mejor conocida con el nombre de «rosa de Fráncfort». Las hojas verdes son obovadas, al frente puntiagudas, con grandes espinas y consisten en 5 a 7 foliolos más pequeños, verde madera claro arriba y verde claro turbio abajo. El pedúnculo está lleno de cerdas ásperas glandulosas. Los nervios son grandes, abombados y combados.
Los retoños son verde claro con manchas rojas y en el periodo veraniego frecuentemente rojizos. Las ramas tienen pocas espinas.

[1] La traducción es moderna y la autoría es de quien escribió este articulo; también respeta el subrayado original.
Los invitamos a leer nuestra siguiente entrega del blog, con la segunda parte de este texto.