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Coyoacán Ilustrado

Claudia Ballesteros César | Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío, Adabi de México, A. C.

Esta revista, como lo adelanta su nombre, fue una publicación de contenido y circulación básicamente local, dedicada a reseñar los sucesos de la delegación Coyoacán del entonces Departamento de Distrito Federal. Fue fundada por el Lic. José Lorenzo Cossío, cuya primera edición se registra en septiembre 13 de 1928, con la presentación de su primer número, y hasta finalizar su ciclo, el 15 de febrero de 1930; se trató de un proyecto editorial que pasó por distintas etapas en su dirección y periodicidad, mismas que se esbozarán brevemente.

En su origen el Lic. Cossío, en su carácter de fundador y propietario, se hizo cargo de la dirección editorial, aunque más tarde contaría con el apoyo del sr. Miguel Amezcua G. para la conducción de la revista. Con respecto a la frecuencia de su impresión, se registran dos etapas: durante la primera la revista se caracterizó por ser una publicación semanal, mientras que la segunda etapa amplió la periodicidad a entregas quincenales. El costo de cada ejemplar era de diez centavos y proponía suscripciones trimestrales, semestrales y anuales, esta última con un costo de dos pesos; únicamente a modo de comparación, el precio del periódico El Universal por aquellos mismos años era de cinco centavos, mientras que la revista Contemporáneos costaba un peso.

El nacimiento y ocaso de la revista coinciden con la presidencia interina de Emilio Portes Gil (1928-1930); estos y los años subsecuentes serían conocidos como «el Maximato» debido a presencia de Plutarco Elías Calles, denominado jefe Máximo de la Revolución, quien ejercería su extraordinaria influencia en la vida política de México, reflejada en el nombramiento de los presidentes interinos Pascual Ortiz Rubio (1930-1932) y Abelardo L. Rodríguez (1932-1934). Dejamos este dato como referencia debido al interés que el Lic. Cossío demostraría, a lo largo de su vida, por la política nacional, de la que no fue solo simple observador, sino también llegó a ocupar un papel protagónico en su devenir, como lo demuestra la nutrida colección de fotografías que alberga la biblioteca que lleva su nombre y que es resguardada por Adabi de México.

Durante esa época, cuando contaba con 27 años, el Lic. José Lorenzo Cossío fungió como delegado de la demarcación Coyoacán. Esa fue quizá una de las razones por las que confió el puesto de director editorial a Miguel Amezcua G., permitiéndose atender íntegramente las gestiones propias de su nombramiento. No obstante, Coyoacán Ilustrado no fue una publicación de carácter político: se trata de una revista –si se nos permite la expresión– de amplio espectro pues en ella encontramos temáticas diversas: abría con un editorial, seguida de la sección de literatura que incluía relatos, cuentos cortos y novelas.[1] Encontramos también en sus páginas una colección de propuestas de entretenimiento y divulgación cultural para un público variado, ya que hay secciones sobre deportes, cine, recetas, consejos útiles, acertijos, adivinanzas, santoral, una sección cómica, anécdotas, sucesos sobresalientes, efemérides, acontecimientos históricos, etc.

Aunque de divulgación general y temática abierta, Coyoacán Ilustrado nació con un propósito claro, según podemos constatar en el editorial de su primer número, donde el Lic. José Lorenzo Cossío estableció como el principal objetivo de su proyecto, ofrecer un incentivo para la convivencia y el entrelazamiento de la sociedad de Coyoacán, que se decantaría con el desarrollo de dos ejes: uno con editoriales que apuntaron abusos por parte de la compañía Telefónica Mexicana, en los que como buen abogado proyectó sus conocimientos en Derecho, o bien señalando las deficiencias en el servicio de la Compañía de Tranvías; y dos, al estimular en sus páginas actividades deportivas, apoyo a estudiantes destacados de escuelas públicas, así como la rehabilitación de reclusos mediante un plan de educación y moralización.

En noviembre de 1928 la página editorial de la revista anunció un aplazamiento de circulación, con la promesa de volver el 3 de enero de 1929. El motivo de esta decisión se debió a la intención de ampliar y mejorar el contenido. En el número de enero aún aparecía como director el Lic. José Lorenzo Cossío, pero ya para la edición del 15 de febrero de 1929 tomó la dirección el sr. Miguel Amezcua G. Lo cierto es que en la entrega del 1 de marzo de 1929 encontramos una foto del abogado en la portada de la revista, que al calce indica Lic. José L. Cossío hijo, delegado del Departamento del Distrito Federal en Coyoacán.

A partir del nombramiento del Lic. Cossío como delegado de Coyoacán, la revista incorporó la reseña de noticias del servicio público delegacional con la debida discreción, pues también reportaban mejoras en espacios religiosos, así como actividades sociales y deportivas, lo que sería destacado en la sección llamada «Información Local». Durante 1929 la revista prosiguió con su labor de divulgación y fortalecimiento de los lazos sociales de los habitantes de Coyoacán difundiendo cultura, educación y deporte. Mención especial merece la portada de la revista, desde su primer número hasta por lo menos mayo de 1929, ya que durante toda esa etapa fue ilustrada con fotograbados de señoritas de la sociedad local, y en todas se apunta nombre y apellido de quien aparece en la imagen, excepto en el primer número. En algunos casos se trataba de participantes de concursos de fiestas de primavera o sociedades escolares; otras posiblemente solo enviaron su foto a la revista y fue publicada, pues no aparecen auspiciadas por algún grupo de amigos, admiradores o, como sucedió en ciertos casos, apoyadas por un grupo de futbolistas o tenistas.

Finalmente, en el ejemplar del 15 de mayo de 1929 la propia revista promovió un concurso de belleza: los tres primeros lugares de un total de seis candidatas eran ocupados, en primer lugar por la señorita Lucía Ortiz con 350 votos; en segundo lugar por la señorita Susana Domínguez, con 373 votos, y en el tercer sitio la señorita Olimpia Jiménez con 180 votos. El 30 de junio de 1929 se fijó como fecha límite para la final del conteo de votos de la llamada “Reina de las Fiestas de Primavera”. La premiación del certamen se hizo coincidir con las fiestas de primavera, pero de la Delegación San Ángel –del resultado no tenemos el conteo final ya que la Biblioteca no cuenta con el número dedicado a la conclusión de la jornada electoral, y tampoco estamos seguros de que se haya editado–, se afirma en el número de la fecha citada, que algunos promotores habían recaudados recursos para la compra de votos y pensaban sorprender en la recta final.

Para diciembre 15 de 1929 el Lic. Cossío retomó la dirección de la revista. Esta etapa se caracterizó por la inclusión en la portada de fotogramas de sitios históricos de Coyoacán –excepto en el primer ejemplar del 1 de enero de 1930, en el que se incorporó una pintura al óleo de Luis Martínez titulada El Tío Panchito–, que la ilustran a partir de ese momento y hasta la conclusión de su vida editorial. Al retomar, el Lic. Cossío reiteró la vocación del impreso como vehículo para la convivencia, promoción de la educación, del deporte, y del desarrollo material de la comarca coyoacanense. Los números finales efectivamente estarían dedicados a la misión y contenido que dio origen a Coyoacán Ilustrado. El formato de la publicación es una encuadernación rústica en papel cuché para tapas e interiores, unida con grapas, con una largo de 23 centímetros. Los ejemplares tienen una extensión de entre 24 y 28 páginas para los números más tardíos, que incluyen además de texto un número considerable de anuncios de los negocios más destacados de la localidad, con el objeto de financiar la edición. Cabe mencionar que a lo largo de su trayectoria el costo de la revista no se incrementó más allá de los 10 centavos.

En la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío tenemos los siguientes números de la revista Coyoacán Ilustrado, para la libre consulta de cualquier público interesado: tomo I, del número 1 al 10 (13 de septiembre al 22 de noviembre de 1928); tomo II, números 1 al 6 (15 de febrero al 15 de mayo de 1929), tomo III, números 1 al 5 (15 de diciembre de 1929 al 15 de febrero de 1930).


[1] Resulta interesante mencionar que el Lic. Cossío fue un ávido lector que le llevó a conformar una extensa biblioteca.

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