El caballo ha acompañado al hombre desde hace miles de años; le ha sido de suma utilidad debido a su tamaño, fuerza y velocidad con que se mueve. Entre las aplicaciones más importantes están: la agricultura, por su gran repercusión en la productividad agrícola; en la guerra, grandes imperios fueron levantados gracias a los caballos; y como medio de transporte, los seres humanos pudieron trasladarse y acarrear menesteres a diferentes sitios y a grandes distancias “a lomo de caballo”.
En la historia de América aparece con los conquistadores, pero desde el siglo XV, los Reyes Católicos ordenaron al almirante Cristóbal Colón (1451-1506) llevar los primeros caballos al Nuevo Mundo, según Cédula Real, dispuso el envío al Nuevo Mundo de 20 caballos y 5 yeguas; llegaron en el 2º viaje de Colón (23 de mayo de 1493).
La cédula expresaba: “El rei e la reina: Fernando de Zafra nuestro secretario, Nos mandamos hacer cierta armada para inviar a las islas e tierra firme que agora nuevamente se han descubierto e han de descubrir en el mar Océano a la parte de las Indias e para aderezar la dicha armada con el almirante d. Cristóbal Colon, enviamos allá a don Juan de Fonseca, Arsediano de Sevilla y porque entre la otra jente que mandamos ir en la dicha armada havemos acordado que vayan veinte lanzas jinetas a caballo: por ende Nos mandamos que entre la gente de la hermandad (cuerpo de policía de caminos y fronteras) que están en ese reino de Granada escojáis las dichas veinte lanzas, que sean hombres seguros y fiables, e que vayan de buena gana; e los cinco de ellos lleven dobladuras (dos caballos) e las dobladuras que llevaren sean yeguas; a los cuales dichos veinte lanzas hase de pagar el sueldo de seis meses adelantados, de cualquier marabedis que allá tiene los tesoros de la Hermandad para la paga de la jente …”
Con los caballos, arribaron al continente los “jinetes” (del término bereber zinethe, habitante de Zenetha, del Norte de África al transformarse la z árabe en j castellana), palabra con la que se describe al individuo que sabe montar con gallardía y excelencia su caballo.
Desde su arribo, jinetes y caballos transformaron la vida del Nuevo Mundo, participando en el trabajo de campo, la transportación y la ganadería; en las tradiciones, costumbres y suertes ecuestres; en el arte en pinturas, esculturas, fotografías y arte popular; en la literatura, el cine, música y danza.
Fomento Cultural Banamex, A. C., fiel a su misión de fomentar el desarrollo cultural, así como promover, preservar y difundir la cultura mexicana, presenta en el Palacio de Iturbide América, tierra de jinetes. Del charro al gaucho siglos XIX al XXI, exposición que muestra al público la cultura ecuestre nacida en el medio rural americano, que nos une como pueblos hermanos, herederos de una misma tradición ecuestre.
El recorrido por la exposición muestra la historia del jinete en América a través de ocho estereotipos nacionales; es decir, que se han convertido en representantes de una nación o región americana.
América del Norte:
- Charro – México
- Cowboy – Estados Unidos
- Indio de las praderas – Estados Unidos
América del Sur:
- Chalán – Perú
- Huaso – Chile
- Mapuche – Chile-Argentina
- Llanero – Venezuela-Colombia
- Gaucho – Argentina-Uruguay-Paraguay-Brasil
Se pueden apreciar también indumentaria y trajes tradicionales, sillas de montar espuelas, frenos, estribos en diferentes metales como oro, plata, etc., procedentes de países como Chile, Argentina, Perú, Venezuela, Estados Unidos y México, entre otros.
Ningún otro animal ha impactado tanto en algunos hechos históricos como en el caso de la independencia y las revoluciones sociales y políticas del continente.